La información disponible en la Web y las redes sociales no está regulada de acuerdo con su calidad o veracidad. Por tanto, hoy en día cualquiera información se puede publicar. La mayoría de las personas no logran reconocer lo que es lo más cercano a la verdadero y todos nos movemos en una especie de arena movediza de la información. Aún, más complejo todavía, es determinar la autoría de las fuentes de información en la Web y ,sobre todo, en redes como WhatsApp.
La responsabilidad de cualquier persona (estudiante, profesor, padre de familia, medios de comunicación u organismo gubernamentales) reside en la evaluación efectiva de los recursos informativos que localiza para su utilización; no importa si es para la tarea de una asignatura específica en cualquier ente, o bien, si es para su uso personal. Por todo lo anterior, se necesita que las diferentes unidades académicas desde lo pedagógico y lo didáctico aporten desde las diferentes disciplinas y saberes procesos de curaduría para definir criterios de selección de información verídica que permita acercarse a una lectura crítica que logre develar los mecanismos discursivos y falacias con las que se comportan las fake news.